domingo, 27 de julio de 2008
El mago que jugaba a ser niño
Erase una vez, un mago, parecido al genio de la lámpara que estaba aburrido de hacer siempre lo mismo.
Siempre salía de una lámpara maravillosa, le precedía un espectaculo de humo y colores.
Habia convertido chisteras en conejos, pañuelos en flores.
Pero el mago quería ser niño.
En una ocasión, el mago le preguntó a un niño, ¿que hay que hacer para ser como tú?, a lo que el niño le respondió ¿como yo? Sí, como tú, ¿que hay que hacer para ser niño?
El mago estaba jugando o había perdido la memoria.
El niño se encogió de hombros y dijo: pues nada, ser niño, ser tu mismo.
El mago asombrado le espetaba y le decía ¿ser tu mismo?
Sí, ser tu mismo.
Yo llevo de mago siendo yo mismo muchos años.
Pues eso, eres mago y has traido la ilusión a mucha gente, sobre todo a los niños, has jugado como nosotros.
Entonces ¿tengo que seguir jugando?
Sí-le dijo el niño, y añadió: Puedes y debes seguir jugando, debes de tener el alma pura, desear siempre lo mejor para las personas y no hacerles daño.
Sí, pero.... hay niños caprichosos. A lo que el niño le respondió: Bueno eso se debe a la educación recibida.
También hay niños traviesos.
Sí, pero si no hubiera niños traviesos no seríamos niños.
A lo que en ese momento, el mago se enroscó su velo de tul y desapareció.
servido por ninodela 27 julio 2008
Siempre salía de una lámpara maravillosa, le precedía un espectaculo de humo y colores.
Habia convertido chisteras en conejos, pañuelos en flores.
Pero el mago quería ser niño.
En una ocasión, el mago le preguntó a un niño, ¿que hay que hacer para ser como tú?, a lo que el niño le respondió ¿como yo? Sí, como tú, ¿que hay que hacer para ser niño?
El mago estaba jugando o había perdido la memoria.
El niño se encogió de hombros y dijo: pues nada, ser niño, ser tu mismo.
El mago asombrado le espetaba y le decía ¿ser tu mismo?
Sí, ser tu mismo.
Yo llevo de mago siendo yo mismo muchos años.
Pues eso, eres mago y has traido la ilusión a mucha gente, sobre todo a los niños, has jugado como nosotros.
Entonces ¿tengo que seguir jugando?
Sí-le dijo el niño, y añadió: Puedes y debes seguir jugando, debes de tener el alma pura, desear siempre lo mejor para las personas y no hacerles daño.
Sí, pero.... hay niños caprichosos. A lo que el niño le respondió: Bueno eso se debe a la educación recibida.
También hay niños traviesos.
Sí, pero si no hubiera niños traviesos no seríamos niños.
A lo que en ese momento, el mago se enroscó su velo de tul y desapareció.
servido por ninodela 27 julio 2008
jueves, 24 de julio de 2008
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